Actualmente hay muchos estudios que correlacionan una pérdida de control motor y de alteraciones del control postural con el dolor cervical crónico y la importancia de entrenar la musculatura profunda estabilizadora cervical para el manejo de las cervicalgias.

La propiocepción se define como la percepción inconsciente de los movimientos y de la posición del cuerpo, independiente de la visión.

El control motor es la integración correctas de la fases del movimiento en las que los músculos estabilizadores trabajan en la fase preparatoria (lo normal es que haya una preactivación de estos músculos en electromiografía antes de hacer el movimiento) y posteriormente los músculos dinámicos realizan el movimiento (los agonistas en la dirección del movimiento y los antagonistas frenando el movimiento en el sentido opuesto).

La evidencia indica que las personas con cervicalgia tienden a adelantar la cabeza de manera inconsciente y que aunque los cambios en el control motor pueden iniciarse en presencia del dolor y/o de la lesión tisular, este parece prolongarse en la fase de dolor agudo y podría contribuir a la cronificación de las cervicalgias

Los mecanismos que mantienen el equilibrio y la oscilación del cuerpo se divide en tres subsistemas:
-El sistema vestibular, desarrollado para mantener la postura y la locomoción.
-La vista, una función esencial para dirigir los movimientos
-La audición requiere orientación espacial de fenómenos distantes mediante el conocimiento de la posición de la cabeza sobre el tronco. La interacción neuroanatómica del sistema propioceptivo de la columna cervical con el sistema auditivo a través del núcleo coclear ventral desempeña esta función.

El subsistema somatosensitivo de la columna cervical alta tiene abundantes mecanorreceptores, a modo de campo receptor, en especial de los husos musculares gamma de los músculos segmentarios profundos.

Este sistema satisface la necesidad del sistema de control postural de recibir información con rapidez acerca de la posición y movimiento de la cabeza respecto del cuerpo y de integrar esta información con la procedente del laberinto, para comparar y equilibrar la información diferente de estos subsistemas.

La información de estos subsistemas es procesada e integrada a diferentes niveles en el interior del sistema nervioso central con el fin de evitar errores en la actividad eferente continua para lograr un rendimiento óptimo de los movimientos.

Para el clínico resulta importante tener una visión global de las conexiones neurológicas más importantes de los tres subsistemas relacionados con la columna cervical.